En la última edición dominical de La Voz de Galicia salió publicado un reportaje que espoleó nuestra curiosidad. Escrito por el periodista Raúl Romar con el título de «3.500 kilómetros de vías romanas de Galicia», el trabajo se hacía eco de un inmenso mapa digital elaborado por la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad de Aarhus (Dinamarca) para plasmar la prodigiosa red de calzadas construida por la Antigua Roma en el sur y el centro de Europa, el norte de África y Oriente Próximo.

El caso es que, contemplando la recreación que ilustra el texto en el periódico coruñés, una de las vías parecía acabar su trazado justo aquí, en nuestro cabo.

¿Nos engañaban los ojos? ¿O los viajeros de hace dos milenios disponían de una infraestructura por la que llegar hasta Corrubedo?

La Voz de Galicia, 16 de noviembre de 2025

Pese a que la primera referencia escrita del topónimo Corrubedo data del año 919, sabemos perfectamente que, en la cumbre del monte Facho, conviven con nosotros los restos de un antiguo poblado castreño. Así nos lo reveló el arqueólogo Miguel Ángel Vidal ─director de las excavaciones en el yacimiento de Castro Cidá─ en la conferencia pronunciada en 2019 en la Casa del Mar, mostrando algunas fotografías al respecto. En otras palabras: aun siendo un lugar recóndito no por ello el cabo estaba deshabitado hace dos milenios o más.

Pero ¿una vía romana? Si aún en 1971 hubo quien aseguró que teníamos «la peor carretera de España».

Consultando el dominio que aloja el mapa digital (https://itiner-e.org/) y enfocándonos en la comarca, la imagen no deja lugar a dudas.

Una de las calzadas finalizaría en Corrubedo en tanto que la otra lo haría en Ribeira. Y si, como si estuviésemos en Google Maps, descendemos hacia el cabo, comprobamos cómo esa vía se interna utilizando un trazado muy parecido al de la carretera AC-303, que no deja de ser la primera merecedora de tal nombre que nos conectó con el exterior, al menos en la época moderna.

Volviendo al reportaje de La Voz de Galicia, el texto advierte de que, según algunos expertos, el mapa contiene errores. Así que no nos atravemos a afirmar con la boca grande que, gracias a aquella innovacion, los moradores de la cumbre del Facho podrían haber discutido perfectamente sobre qué han hecho los romanos por nosotros.