¿Quién es Michael Kuh?
La primera vez que supimos de él fue a raíz de desempolvar un artículo publicado el 17 de septiembre de 1971 en la última página de La Voz de Galicia. Pertenecía a una sección llamada «De sol a sol» a cargo del periodista José Fernández Ferreiro (1931-2015), quien, aquel domingo tardoveraniego, ofreció a sus lectores un texto titulado «La Costa de la Muerte».
En síntesis. Un periodista norteamericano llamado Michael Kuhn está escribiendo un libro sobre la Costa de la Muerte. No hace mucho ha publicado otro titulado Camino de Santiago. Desde hace doce años veranea en Galicia, al parecer en Corrubedo. Y junto a estos flashes biográficos, Fernández Ferreiro dedica el grueso del artículo a especular sobre los difusos y escurridizos límites de la susodicha Costa da Morte, asunto que también nosotros abordamos una vez.
Interesante.
Tres semanas después, el articulista se ve obligado a reincidir en el tema. Y ahora sí. Mientras la primera columna había despertado en nosotros un hálito de curiosidad, la segunda la insufló con todas las letras:
¿Quién es Michael Kuh? ¿Quién es este escritor [sin n al final de su apellido] que se queja tan amargamente del «escándalo» del servicio eléctrico, de la escasez de agua potable y de que «Corrubedo tiene la peor carretera de España»? ¿Por qué nunca hemos oído hablar de él?
Entre la pléyade de extranjeros heroicos que en la grisura del franquismo enraizaron en nuestro pueblo sabemos de un periodista: el añorado Gianni Segre, aka Juan O Italiano, que había formado parte del staff de La Codorniz y del que algún día esperamos escribir algo más. También sabemos de un Michael: O Inglés, un hombre altísimo, el más alto del pueblo y puede que de toda la comarca, del que cuentan llegó en un carro de caballos y nunca más marchó. Pero él no ejercía el oficio u hosco arte de ensartar letras. Él —al menos siempre se dijo— había sido guardia real británico.
Entonces, ¿quién es este Michael Kuh, doce años veraneando en Corrubedo con residencia en el Campo del Agra?
Nos pusimos a buscarlo. Y nuestro primer hallazgo fue tremendamente alentador.
En el mismísimo The New York Times. El periódico más prestigioso sobre la faz de la tierra. Un reportaje redactado en Madrid y con la firma de nuestro misterioso exvecino (o alguien que se llamaba exactamente igual) sobre la presencia en España de Rod Steiger para trabajar en Doctor Zhivago. La leche. El texto está datado el 6 de junio de 1965, con lo que, de ser él, mientras entrevistaba a este futuro Oscar al mejor actor por En el calor de la noche (1967) estaría con los preparativos de su séptimo verano corrubedano.
El nombre de Michael Kuh se repitió en otros números (pocos) del diario neoyorkino. Pero con un ligero matiz que vamos a explicar con un ejemplo…
«Broadway director filming in Spain». Publicado en The New York Times el 10 de febrero de 1970. Informando del rodaje en Almería de Que viene Valdez, película dirigida por Edwin Sherin con Burt Lancaster de protagonista. Si buscáis el nombre de Kuh no lo vais a encontrar en la firma del autor del texto. No. Está al pie de la foto… Y reandando nuestros pasos también las de Rod Steiger llevaban su sello.
Entonces… ¿fotógrafo de prensa antes que redactor? Nos pusimos a explorar esta posibilidad y…
Una imagen de Manuel Benítez El Cordobés en plena corrida para la Enciclopedia Británica; una vista de los Sanfermines para la World Book Encyclopedia; un largo reportaje gráfico sobre los barones del jerez («Grand Barons of Spain’s Sherry Industry») para la revista Fortune: Pedro Domecq con sus trofeos de polo, Tomás Terry en un carruaje, José Luis Osborne posando detrás de un Citröen dos caballos, José María Ruiz Mateos brindando al sol…
Son algunas de las instantáneas que nos hemos topado. Todas para las más reputadas publicaciones en lengua inglesa. Y casi todas con un denominador común: España. Incluso hemos hallado la referencia a una carta de Kuh dirigida a Miguel Delibes (la fecha es 11 de diciembre de 1965) en la que se ofrece a ilustrar con sus capturas alguna obra del escritor.
En cuanto a la doble página que colgamos aquí arriba, pertenece a un extenso libro de fotografía publicado en 1982 por la editorial de la revista Life, una de las más legendarias de Estados Unidos. La parte centrada en nuestro autor [págs. 162 a 171] recorre un gran trozo de la geografía hispana: desde las murallas de Ávila hasta una procesión de Semana Santa en Sevilla, pasando por agricultores gallegos y tratantes de caballos cordobeses.
Pero donde más se repite el nombre de Michael Kuh es en la revista mítica por excelencia: National Geographic.
Aquí está. Rubricando unas fotografías de Copito de Nieve para el número de octubre de 1970. Con el sello National Geographic también hemos encontrado colaboraciones suyas en un hermosísimo reportaje sobre la España del Siglo de Oro [«The Golden Spain of Cervantes» para el libro The Renaissance: maker of a modern man], en otro dedicado a Tailandia [«Safrod Robles in Gilded Thailand» para Great religions of the world] y en la representación de una comedia de Aristófanes en el Odeón de Herodes Ático [«The World of Pericles» para Greece and Rome; builders of our world].
Ah. Y en The Age of Chivalry, cuya portada preside este post.
Retrocedemos. En el artículo del 17 de septiembre de 1971, José Fernández Ferreiro mencionó la intención de Kuh de escribir un libro sobre la Costa de la Muerte. No hemos hallado ni el más mínimo indicio de que hubiese existido. Pero la columna también cita la reciente publicación de otro volumen dedicado al Camino de Santiago… Y resulta que The Age of Chivalry, de 1969, contiene un reportaje titulado «Pilgrimage to Compostela»… «Peregrinaje a Compostela»: páginas 172 a 200… El autor, tanto del texto como de la mayoría de las impresionantes fotografías, se llama Michael Kuh.
¿Era esta la obra a la que se refería el periodista gallego? Nosotros creemos que sí.
Redactor, fotógrafo… nuestro siguiente paso es predecible. Nos fuimos a IMDb, la ingente base de datos sobre el mundo del cine, y tecleamos «Michael Kuh» en el buscador a ver qué pasaba.
Apareció algo. Una única y solitaria referencia. La de un Michael Kuh escritor de «diálogos adicionales» en un largometraje de 1966. La fecha casa. Abrimos el cartel del film… y quedamos apapostiados.
Hallucination Generation. En grandes letras mayúsculas rojas, una invitación a una fiesta psicotrópica como gancho/eslogan. Nunca habíamos escuchado hablar de esta película pero indagando en Internet nos hemos enterado de que fue una de las pioneras en abordar el consumo de LSD (la rompedora Easy Ryder llegaría tres años más tarde). Y está en YouTube. Así que nos la hemos tragado y aunque es mala con ganas la experiencia ha merecido la pena.
El argumento es como sigue. Para poner kilómetros de distancia con su asfixiante madre, un joven de San Francisco aspirante a poeta huye a Europa. En su escapada traba relación con un grupo de beatniks: ya sabéis, émulos de los Jack Kerouac, Allen Ginsberg, Neal Cassady y demás hipsters que con sus viajes, sus drogas, su sexo desinhibido, su música de jazz y su aversión a la autoridad contribuyeron a transformar el andamiaje mental de la juventud norteamericana en la segunda mitad de los años cincuenta, antecedente directo del movimiento hippy. Total, que la tribu a la que se junta el poeta está liderada por una especie de gurú de esos con amuleto colgado del cuello, papel encarnado por George Montgomery, un habitual de los westerns serie B de los años treinta en horas aún más bajas. Tras varios reveses, el muchacho se deja sumergir por el santón en la ingesta de LSD iniciando una espiral de autodestrucción que el film exhibe de una manera muy original: toda la película está en blanco y negro salvo cuando el chaval anda colgado de ácido… estalla entonces un caos de colorines psicodélicos en la pantalla. El pobre muchacho (interpretado por Danny Stone, que en vista de sus limitadas dotes actorales reencauzará inteligentemente su carrera hacia la dirección cinematográfica responsabilizándose del rodaje de alguna peli porno y de la quinta parte de Viernes 13) acaba por perder la cabeza y comete un asesinato. Solo la confesión voluntaria y sincera lo redimirá de la culpa.
Bien. No parece que esto tenga mucho que ver con las circunstancias de nuestro Michael Kuh, ¿verdad? Bueno. Hemos hecho trampas y nos hemos reservado a propósito cierta información para mantener el suspense… La pone en los créditos finales: «Filmed Entirely on Location in IBIZA and BARCELONA, SPAIN»… «Filmada Enteramente en Localizaciones en IBIZA y BARCELONA, ESPAÑA».
Otra vez…
Hasta ahora nos hemos ocupado de la obra de un Michael Kuh que puede ser, o no, el mismo Michael Kuh que veraneaba en Corrubedo. Incluso puede que estemos ante varios Michael Kuh.
Pero, ¿qué hay de su vida? ¿qué sabemos de él?
Nos ha costado. Mucho. El camino ha sido tortuoso pero, aquí sí, lo que estamos a punto de contar se refiere al Michael Kuh que se las vio al menos una docena de años con el déficit de servicios públicos en el Campo del Agra. No tenemos ninguna duda.
Empezamos por el principio.
The Olive Press. Periódico andaluz destinado a la numerosa comunidad angloparlante que reside en esa autonomía. El 15 de octubre de 2007 publicó, con el título «The Queen of Spain’s Literary Past», un reportaje que evoca una Churriana idílica, anterior a la invasión turística de la Costa del Sol, cuando Ernest Hemingway, Bertrand Rusell, Laurence Olivier, Orson Welles o Vivien Leigh se paseaban por sus calles tranquilas y se hospedaban en la casa de Gerald Brenan, el autor de Al Sur de Granada. Además del inmueble de Brenan había —explica el texto— otras tres viviendas cuyas puertas estaban siempre abiertas a los ingleses o norteamericanos: la de la pareja de estadounidenses Bill y Ann Davies, la del escritor y experto en vinos Freddy Wildman y la del escultor Bayard Osborn.
De lo acertado del reportaje da fe la cantidad y, sobre todo, la calidad de los comentarios posteados, muchos de los cuales aportan enriquecedores detalles de la vida de entonces. El último es del 6 de abril de 2015 a las 00.00 horas:
«Me siento tan afortunada de que Freddie Wildman [el escritor experto en vinos] y sus allegados fuesen parte de mi vida como niña. Mi padre, Michael Kuh, era amigo de Freddie y junto con mi madre Paddy y mi hermano pequeño Patric bajábamos a Churriana desde Madrid. Las cenas en las que yo estaba en la periferia cuando era niña siempre fueron memorables, la cocina siempre estaba animada y Freddie siempre extendía su generosa bienvenida a una gran variedad de personas.»
El texto (que continúa) lo firma Micaela Kuh.
Vamos a viajar ahora hasta 1995.
Este es el yate Molly B en una fotografía tomada zarpando el 15 de noviembre del puerto de Dublín para realizar un viaje de dos años que lo llevará hasta China. La imagen pertenece al Anuario del Irish Cruising Club. Solo van dos tripulantes: un pintor irlandés llamado Peter Hogan y su novia, una maestra Montessori [atípico método de enseñanza con el que aprendieron entre otros Larry Page y Sergey Brin, los fundadores de Google] a quien el artista conoció en Sidney, Australia, en una aventura anterior en la que estaba circunnavegando el globo. Se enamoraron y decidieron unir sus vidas. Ella es Micaela Kuh.
Cuatro días antes del inicio de esta excitante y romántica travesía marina, el periódico Irish Times entrevistaba a ambos para que compartiesen los preparativos. No tenemos copia de la página impresa, pero sí del texto. Y el quinto párrafo dice esto:
«»I spent the summers of my youth in Corrubedo near Finisterre in northern Spain, which is dose to quite a tough sea for people to sail in. I used to jump off the pier and swim up to incoming boats to talk to the crew. I thought surviving at sea was so romantic and since then I’ve always dreamt of going on a long sailing trip», says Micaela, who grew up in Spain with one Irish and one American parent.»
Lo traducimos:
«»Pasé los veranos de mi juventud en Corrubedo, cerca de Finisterre en el norte de España, que es medicina bastante para navegar en un mar difícil. Solía saltar del muelle y nadar hasta los botes entrantes para conversar con la tripulación. Pensé que sobrevivir en el mar era muy romántico y desde entonces siempre he soñado con realizar un largo viaje en velero», dice Micaela, que creció en España con un progenitor irlandés y otro estadounidense.»
He ahí. La evidencia de la conexión con Corrubedo de la familia Kuh.
A renglón seguido nos pusimos a buscar a Paddy, la esposa de Michael, y tras tropezar en un par de callejones sin salida dimos con una necrológica a nombre de Helen Sullivan, nacida el 29 de febrero [día estadísticamente difícil, tanto o más que el mar de Corrubedo] de 1932 y fallecida el 12 de noviembre de 2016 en Cork (Irlanda), hija de Nora Riordan y Barry Sullivan, madre de Micaela y Patric Kuh y hermana de Dan Sullivan.
Vaya… Entonces gugleamos «Patric Kuh» y el algoritmo nos brindó 13.500 resultados:
Este tío es Patric Kuh participando en algo llamado L!ve Talks Los Angeles que, si nos vamos a su página web, resulta ser un programa de «conversaciones en el escenario con escritores, actores, músicos, humoristas, artistas, chefs, científicos y líderes de negocios».
Para que os hagáis una idea del nivel, mañana, lunes 1 de octubre de 2018, interviene Jeff Bridges; el 12 de noviembre, Michael Connelly; el 14 de noviembre, Tom Hanks; y el 5 de diciembre Sally Field. Tela marinera.
¿Y qué pinta el pequeño de los Kuh? Pues el pantallazo pertenece a una charla de este hombre con Antonia Lofaso, una cocinera muy conocida en el país de las barras y las estrellas que además de poseer varios restaurantes es asidua a reality shows como Top Chef o Restaurant Startup. ¿La razón del cara a cara? Resulta que Patric es uno de los más respetados críticos gastronómicos de la soleada ciudad californiana: hasta su renuncia el año pasado fue el articulista culinario de referencia de Los Angeles Times —el cuarto periódico en tirada de Estados Unidos tras USA Today, Wall Street Journal y The New York Times—, es autor de libros como The Last Days of Haute Cuisine: The Coming of Age of American Restaurants y ha ganado unos cuantos prestigiosos premios del ramo como el James Beard, el Julia Child y el M.F.K. Fisher.
Puede que a algunos de nuestros lectores más veteranos con aptitudes fisonómicas les suene su rostro ya que nació en Madrid en 1964, lo que significa que al menos hasta los siete años bien pudo estar correteando por la Robeira o bañándose en la playa del Prado. Nuestras pesquisas al respecto nos condujeron a esto:
«Cuando era niño, mi familia pasaba los veranos en Galicia, el rincón noroeste de España, que sobresale en el Atlántico. Un día, el taxista del pueblo tuvo la idea de sacarme un diente suelto que me estaba molestando. Me llamó al bar donde paraba entre servicio y servicio y me pidió que abriera la boca. Mientras lo hacía, me golpeó con fuerza en la mandíbula y el diente saltó. Para desinfectar la encía, me dio una trago del brandy Fundador que había estado bebiendo. Para ayudarme a superar el shock, me tendió un palillo de dientes de la comida que había estado mordisqueando. No tengo tapas en mi sangre, pero he tenido mi sangre en las tapas.»
Así, con este indescriptible primer párrafo, comienza un extenso artículo en el que Patric Kuh intenta explicarles a los lectores de Los Angeles Magazine qué es eso de las tapas españolas…
Puesto que es todo un influencer en su profesión, el crítico ha sido entrevistado varias veces. Y gracias a ello descubrimos nuevos datos sobre su progenitor… Milwaukee Journal Centinel, 26 de julio de 2016. Patric Kuh chatea con los internautas a través de la web del periódico:
«PREGUNTA:
¿Cuál es tu bagaje en alimentación?
RESPUESTA:
Nací en Madrid en 1964. Mi padre fue a Europa. Tenía el G.I. Bill [Patric se refiere a unas ayudas que Estados Unidos concedió a sus excombatientes de la Segunda Guerra Mundial para que se integraran en la vida civil] y dijo que quería ser un poeta en Europa, y esto fue en los años 50 y (la era de) los beatniks [¿poeta en Europa?… ¿beatniks? 😱]
Conoció a mi madre, una mujer irlandesa que había huido de Irlanda. Se casaron. Mi hermana y yo nacimos como hijos de expatriados.
Crecí en España, mis padres se divorciaron cuando tenía 8 años y nos mudamos a Dublín. Tuve mis «años deformativos», como lo llaman en Dublín. Mi madre era cocinera de un restaurante después del divorcio y comencé a pasar mucho tiempo en las cocinas y me sentí muy cómodo.
Dejé la universidad y comencé a cocinar. Europa es mucho más pequeña que los estados [unidos], fui a Francia y comencé a cocinar allí. Tengo un diploma técnico de cocina escolar, pero siempre escribía. Siempre estaba cocinando y eso me permitió escribir y, finalmente, eso me permitió escribir sobre comida.»
Las piezas del puzzle van encajando. Veterano de guerra. Aspirante a poeta beat autoexiliado en Madrid. Redactor ocasional. Fotógrafo profesional. Guionista accidental. Veraneante en el Campo del Agra. Hasta que, en 1972, llega el divorcio. Y todo cambia. Ya no hubo más Corrubedo para su familia ni para él.
Son tantas las vetas abiertas a estas alturas que ya no sabemos por dónde tirar. Incluso hemos tenido la oportunidad de contemplar varios retratos bastante recientes y en compañía de los suyos de un nonagenario Michael Kuh, a quien suponemos (y deseamos) aún respirando. Pero ya nos hemos inmiscuido bastante en su vida. A medida que avanzábamos en pos de él, persiguiendo su rastro, se nos ha esclarecido el objeto último de este post.
Porque, con un 99,9% de probabilidad, estamos ante un fotoperiodista que ha merecido la confianza de la National Geographic, de la revista Life y del New York Times. Y ante alguien que sufrió cada jodido verano la ordalía de la carretera de entrada al pueblo para compartir con nosotros o con nuestros padres o abuelos unas semanas de descanso cuando nadie apenas vacacionaba aquí [algo debió de vernos para perseverar erre que erre pese a los deplorables servicios]… Hilando una cosa con otra la deducción es evidente: guardadas en algún cajón o armario, en algún archivo o arcón, ocultas y medio olvidadas, puede que dentro de un sobre de negativos o en un estuche de diapositivas Kodachrome, tienen que dormitar algunas de las más maravillosas vistas de Corrubedo que se han hecho nunca.
No renunciamos a la esperanza de verlas.
[Algunos sitios web en los que se pueden ver fotografías captadas por Michael Kuh —ojo: la mayoría precisan registro previo y son bajo préstamo online—: «Pilgrimage to Compostela» (The Age of Chivalry), «One Man’s Spain» (Travel Photography), «The Golden Spain of Cervantes» (The Renaissance: maker of a modern man), «El Cordobés» (Enciclopedia Británica), «The World of Pericles» (Greece and Rome; builders of our world), «Saffron Robes in Gilded Thailand» (Great Religions of the World), «Growing up with Snowflake» (National Geographic, octubre de 1970), «Grand Barons of Spain’s Sherry Industry» (Fortune, mayo de 1973), The Great Wine Book (Jancis Robinson) y The New York Times Book of Wine (Terry Robards)]
18/10/2018 at 20:41
Buena investigación. Yo recuerdo a Mikaela, aunque era algo mayor que yo, pero juraría que algo más tarde del 72, ya que ese verano cumplí 10 años y creo recordar que éramos algo más mayores . Hace unos años ( puede que unos veinte ) volvió por el pueblo, por ver el estado de la casa familiar que conservaban en el Campo del Agra, aunque la encontró bastante deteriorada y creo que la puso a la venta.
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21/10/2018 at 21:57
Muchas gracias por la información. En la que nosotros encontramos se dice que el fotógrafo permaneció solo 11 años viviendo en España, pero si tenían una casa en propiedad puede ser perfectamente que algún miembro de la familia siguiese viniendo. Un alivio el comprobar que alguien los recuerda. Gracias de nuevo!
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03/10/2018 at 10:17
Enhorabuena por la investigación. Es alucinante, y además tiene y mantiene el tono de lo concerniente a los beatnicks.Como conocedor y respetuoso con la generación beat, anterior a los que desembarcamos después con nuestras cositas, me hace ilusión que en mi tierra (son da mariña de Lugo), salgan a la luz personajes que se enamoraron da nosa terra, da nosa costa, y la llevaron en sus corazones. Voy a leer por la mañana O Bar Pequeno, antes que otras cosas, porque además de la tranquilidad y serenidad de su localización, (principio básico a seguir), vuestra página se vuelve de necesaria y amena consulta. Un Saludo.
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03/10/2018 at 22:03
Muchas gracias! Lo que intentamos con este blog es hacer aflorar historias más o menos olvidadas porque aunque Corrubedo sea un rincón en el mapa tiene mucho que contar. Por cierto, compartimos admiración por los beats. Quien te escribe hace un cuarto de siglo (joder, cómo pasa el tiempo) que empezó con On The Road y casi todos los años cae por lo menos un libro de alguno de ellos. Una lectura reciente que te recomiendo si no lo conoces: «American Smoke» de Iain Sinclair (editorial Alpha Decay), algo denso pero te abre los ojos a cómo es el legado hoy de la Generación Beat.
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