¡Vaya con la sorpresa! Y nosotros pensando que las visitas turísticas al faro de Corrubedo eran una atracción nacida antes de ayer… Mirad este anuncio del año 1932. Concretamente, fijaos en el 22 de julio: tal día como hoy (y viernes además, lo hemos consultado en el calendario) pero en plena Segunda República de Manuel Azaña.
Al precio de 495 pesetas, la asociación Lar Gallego de Madrid publicita a doble página un viaje de más de 2.000 kilómetros y 15 días por estas tierras. «Confortables autocars, alojamientos en hoteles de primer orden, comidas en ruta, excursiones radiales y marítimas, visita de monumentos». La verdad es que sabían venderse bastante bien.
La parada en nuestro faro está programada para muy temprano: las 8 de la mañana después de desayunar en Noya (respetamos la grafía del anuncio). Tenían que ser dignos de ver los «confortables autobuses» zumbando de madrugada por aquellos caminos traqueteantes llenos de piedras y polvo.
Aunque lo hemos intentado, no hemos podido ir hoy a primera hora para tratar de recomponer la escena, pero estas diez fotografías tomadas los últimos días (eso sí, no al alba sino todo lo contrario: coincidiendo con la puesta de sol) quizá reflejen algo de lo que pudieron sentir los viajeros madrileños. Al fin y al cabo, el entorno del faro apenas ha sido tocado por la mano del hombre en estos 84 años. El mar, la paz, la luz, la magia, el cosmos… todo sigue igual que en aquel verano.
¿Lo que más desentonaría? Las cámaras y los móviles, naturalmente.
CABO CORRUBEDO 
Deja una respuesta