Podéis frotaros los ojos cuanto queráis: vuestra vista no os engaña. Es la misma cruz. La misma foto. Arriba, en nuestra cuenta de Instagram el 11 de octubre de 2016. Abajo, en un canal japonés la semana pasada —el 2 de mayo de 2019, al poco de la toma de posesión del nuevo emperador Naruhito— en un programa con un millón y medio de espectadores de audiencia. Y no es la única instantánea capturada por nosotros que aparece en el espacio.
Así que tendremos que daros una explicación. Empezamos por el principio.
Sekai Kurabete Mitara. Así se llama. Se emite cada jueves a las 23.56 horas en Tokyo Broadcasting System (TBS), la televisión privada más vista de la nación nipona. Según el traductor de Google, en nuestro idioma quiere decir «Si comparas el mundo».
Hechas las presentaciones, nos sentimos como los locutores Juan Herrera y Miguel Ángel Coll cuando la incipiente Telecinco les encomendó en 1990 la tarea de doblar al castellano unas cintas que tu cadena amiga había comprado al peso. Nadie tenía pajolera idea de qué era aquello ni trazas había de averiguarlo, así que los comentaristas le echaron imaginación y desparpajo… y nació Humor Amarillo, que poco o nada tenía que ver con el original Fūun! Takeshi Jō con que el gran Takeshi Kitano financiaba sus películas de yakuzas.
Nuestras sensaciones son las mismas tras visionar el programa. ¿Qué hostias es esto? ¿Qué hierba se han fumado sus guionistas? Tal como sugiere Google, parece querer comparar distintas poblaciones del planeta sobre la base de un determinado tema, pero el espacio está conducido de una forma tan chusquera y surreal que es como si subyaciese el secreto propósito de abrir a los ojos nipones un resquicio de la locura que impregna el resto del orbe.
Y en el episodio que nos concierne, la excusa para perpetrar este designio han sido los puertos pesqueros. Por alguna razón que se nos escapa, entre ellos han escogido dos del municipio de Ribeira.
La foto exhibe el momento exacto en que la comitiva japonesa se dispone a saludar al alcalde Manuel Ruiz. Fue captada por un reportero de La Voz de Galicia en la mañana del martes 26 de marzo en el muelle de Aguiño, adonde los forasteros acababan de llegar en un taxi listos para el trabajo.
Ella es Kumi Matsushima, simpática periodista afincada desde 1995 en Madrid y cicerone en las cosas de España para que sus colegas venidos de Oriente no se atrapen un pie en la inevitable brecha cultural. En este caso, quien disfrutó de sus servicios fue este joven pelopincho perennemente pegado a una cámara. Se llama Daisuke Yamaguchi y fue el emisario que Sekai Kurabete Mitara catapultó a nuestro concello atlántico.
Hechas las presentaciones institucionales y las declaraciones a la prensa barbanzana [donde los retratados parecían tener mayor interés en retratar a los retratantes que viceversa], la expedición asiática inició un trepidante periplo de tres días en que recolectar material sobre nuestro músculo pesquero.
Ejemplos:
Aquí vemos a Daisuke tomando imágenes dentro de la plaza de abastos de Santa Uxía.
Aquí, inmortalizando un buen puñado de percebes recién apañados en aguas de Sálvora.
Y aquí, tomándose un descanso en la cafetería de la nueva lonja ribeirense en una instantánea descargada del Facebook del Bar Plaza.
Sin más preámbulos os vamos a mostrar el resultado. Lo hemos localizado [en realidad, Kumi nos pasó ayer el enlace por whatsapp] en una rara página en japonés llamada 9TSU o algo por el estilo, pero no os recomendamos trastear por ella: a poco que pinchéis donde no se debe os saltará una alerta de virus o un sitio porno… avisados estáis.
Para facilitar el visionado nos hemos permitido subir el programa a YouTube:
La parte que compete a Ribeira se halla en el tramo 14:05—26:40 [antes anduvieron por las islas Maldivas enfrascados en la pesca del atún y después, no comprendemos a santo de qué, dentro de una pizzería de Italia].
Nos quedamos con dos momentos memorables. El primero, los (¿enlatados?) gritos de pánico de los japoneses mientras el percebeiro, José Antonio Oujo, danza grácilmente sobre las resbaladizas rocas y las fuciñudas olas como un imbatible chino cudeiro (23:35). Y el segundo, ya en plató, con los lugareños acopiando ánimos para probar nuestro crustáceo entre muecas que evocan la cara que puso la rubia de Indiana Jones y el Templo Maldito cuando se enfrentó a un simiesco bol repleto de sesos de mono (25:45)… atentos al desenlace de la cata.
Bueno. Llegados a este punto es hora de explicar lo de la cruz, que aquí figura en otra perspectiva publicada en Instagram el 23 de abril de 2016 y que también quiso recoger el canal tokiota (21:15).
Algo debieron de leer los periodistas asiáticos sobre la luctuosa tradición gallega de erigir cruces de piedra mirando al océano en memoria de nuestros ahogados. Ellos querían filmarlas. Y cuando se les explicó que se hallaban en la costa de Corme, un mohín de decepción se dibujó en el rostro de Kumi: su planning no les dejaba tiempo para acercarse hasta allá.
Entonces, una luz. ¿Y por qué no nuestra hermosa cruz, esa que yace sobre una roca entre las playas de Balieiros y Espiñeirido, tan aislada que incluso muchos de nuestros vecinos nunca la han contemplado? Lo espídico de la agenda también les impedía venir aquí, pero agradecían unas fotos. Y fue así como se nos otorgó el privilegio de proporcionar estas y otras imágenes de una insignia que, al igual que sus hermanas norteñas, encierra una triste historia que no es lugar ni momento de contar [aunque han pasado casi 24 años, siempre siempre siempre tiene flores].
Así que ya veis… Ni las dunas, ni el faro, ni el puerto, ni Grip, ni la casa de David Chipperfield. Ha sido una solitaria y modesta cruz la que ha viajado más de diez mil kilómetros para que Corrubedo se cuele en el país de Murakami y para reflejarse invertida en las retinas de tres millones de ojos, rasgados bajo la larga sombra del sol naciente.
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