
Hay un lugar llamado Corrubedo en Mazaricos, a una hora y siete minutos de aquí [Google dixit]. Hay un Corubedo en la sierra de O Courel, donde —cuentan— perdió su emblema una legión romana: una pieza pequeña en forma de águila que coronaba su estandarte.
Hubo un Sebastián de Corrobedo en el siglo XVI. Vasco. De Donosti para más señas. Un capitán y armador, cazador de ballenas, que fue a cavar su tumba entre los hielos de Terranova. Y hubo un Pedro de Corrobedo, oriundo también de la ciudad guipuzcoana, al mando de una carabela en la Armada de Flandes, aquella que zarpó hacia la localidad flamenca para que Juana La Loca se pudiese desposar con Felipe El Hermoso (1496)
Como se ve, no estamos solos. Nuestro topónimo no goza del atributo de la exclusividad.

Pero somos los más conocidos, los más exitosos. Nuestro nombre ha sido replicado como mínimo un par de veces para denominar sendas calles en la geografía estatal.
«Cabo Corrubedo». Así se llaman ambas. La más cercana está en la misma Galicia, solo tenemos que saltar de provincia:

Esta es… Bonita no parece. Tapias, líneas amarillas, un triste carril sin arcenes.
Se encuentra en el municipio pontevedrés de Poio, en el lugar de Albar, que pertenece a la parroquia de San Xoán. La vemos en el mapa:
Allí no debió de pasar nada relevante desde el punto de vista mediático. La única noticia que hemos encontrado se refiere al incendio de un garaje en los últimos días de la primavera de 2017. Hubo daños materiales de poco alcance gracias a la intervención de los voluntarios de Protección Civil.

En cuanto a la segunda calle, la localizamos muchísimo más al sur. A un suspiro del estrecho de Gibraltar:

Tampoco es que nos entre por los ojos, pero al menos tiene aceras, plazas de aparcamiento y doble carril.
Se halla en Algeciras, en la provincia de Cádiz, a unos cuatrocientos metros de primera línea de playa.
Nos quedamos con el molde.
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