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Menos de veinticuatro horas para una de las citas deportivas más esperadas de Corrubedo

Fue uno de los primeros trails que surgieron en Galicia y mañana, sábado 21 de octubre, cumplirá su undécima edición.

Once años en los que el fango, el sudor, las pendientes, el follaje, las endorfinas y el rugido del mar conforman los ingredientes de un combinado imbatible. Pura dinamita para la mente y el cuerpo. Ciento treinta corredores tendrán la ocasión de comprobarlo… Y nosotros de contemplarlo. Valdrá la pena.

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Lo dicho: fango, sudor y endorfinas

La Carreira do Corgo nació en abril de 2007 con una misión: la de alzar la voz en defensa de nuestro paisaje en un año en que pendía una amenaza cierta sobre nuestro cabo en forma de macroplanta acuícola. En aquel entonces se aliaron las asociaciones Altofalante y Pau da Luz y, con la ayuda de la Plataforma Medioambiental de Corrubedo, pusieron en marcha esta actividad atlética prendida a la naturaleza. La experiencia resultó un éxito y los voluntariosos participantes se quedaron con ganas de más.

Desde entonces la organización ha cambiado de manos —primero a la Cofradía da Dorna y, después, a Arousa Natureza e Ocio, nombre que se acortó a Arousa Neo— pero la cita conserva el mismo espíritu reivindicativo y la voluntad de hacernos abrir los ojos a nuestro Matrix particular: un Matrix que, a diferencia del que intuía Keanu Reeves (id est, el otro Neo), es tan rematadamente hermoso que marea verlo… o lo haría si no estuviésemos tan absortos en nosotros y nuestras pantallas que la mayoría del tiempo ni reparamos en él.

Laxe Brava, O Corgo, monte Facho, As Barreiras, los campos de Teira… Un paraíso en la tierra que no figura en las guías turísticas ni entre las recomendaciones del chef. Refugio de pescadores, cazadores, labradores, paseantes solitarios y mariscadores furtivos. Nuestro secreto mejor guardado. Con las playas de Espiñeirido y Balieiros como extremos.

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Y una cruz entremedias que encierra una historia triste

Este año el evento ha mudado su piel primaveral para disputarse en otoño. No cambia, sin embargo, el centro de operaciones: la aldea de Teira, mucho más que un punto geográfico que marca el principio y el final. Teira es el combustible anímico de la cita. Su estandarte. El crisol que obra el milagro de convertir una prueba deportiva en una divertidísima fiesta popular.

En esta ocasión, los corredores deberán afrontar un trayecto de doce kilómetros que incluye como principal novedad la visita al faro de Corrubedo (se puede consultar el circuito en la página web www.arousa.com).

Será a las cinco de la tarde. Entre nubes, claros, sol y lluvia si no falla el pronóstico meteorológico. Mejor. Así podremos gozar de la naturaleza en toda su exuberancia, en su tornadizo esplendor.

Llevaremos el paraguas.

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Un reto difícil de olvidar

Para despedimos os dejamos un vídeo promocional que a modo de aperitivo ha preparado Arousa Neo.

Sólo las vistas aéreas son argumento bastante para darle al play.