banque-populaire-ribeira.JPG
Hace un par de días en el puerto de Ribeira

La vida está llena de coincidencias [y eso que cuando escribimos esta frase aún no sabíamos lo que iba a ocurrir después*].

En la Nochebuena de 2017 empezábamos a publicar una historia que dividimos en tres partes en la que rastreábamos la identidad de una extraña embarcación a la deriva divisada al norte de Corrubedo en otra víspera de Navidad: la de 1999 [I]. Tras una investigación diríase que detectivesca aunque sin despegar las yemas del teclado, descubrimos que aquella nave —que había acabado maltrecha en el puerto de O Vicedo— era un trimarán legendario: uno de los cuatro hermanos gemelos del ganador de la primera edición en 1978 de la mítica Ruta del Ron, el cual, al poco de haber participado en el 20º aniversario de esta regata que une Francia y el Caribe, se perdió en una pavorosa tormenta al este del Canadá… su dueño, el galo Charlie Capelle, ya había renunciado a él pues nadie con dos dedos de frente se atrevería a inferir que después de ocho meses de zozobra por el Atlántico el velero iba a ser avistado a cuatro mil kilómetros de distancia de donde desapareció, bastante hecho polvo, sí, pero no tanto como para darlo por defenestrado [II]. Nada más enterarse de pura chepa de su milagrosa reaparición, su propietario viajó a Galicia, recuperó su A Capella, lo repatrió, lo restauró, disputó en 2006 la Ruta del Ron, naufragó en su cuarta jornada, fue rescatado, lo volvió a arreglar, compitió en la edición de 2010 y en la siguiente de 2014 —es un certamen cuatrienal, como las olimpiadas y el mundial de fútbol— y ya había formalizado su comparecencia en la de 2018 cuando concluimos nuestro relato a principios de enero, con Capelle y su viejo barco inscritos en una prueba que, casualidades, iba a celebrar este otoño su 40º aniversario [y III].

Pues bien. Lo que son las cosas. Este misma semana, en la madrugada del miércoles 12 de diciembre de 2018, Salvamento Marítimo ha recobrado un fragmento de otro trimarán tripulado por otro francés que naufragó el mes pasado mientras peleaba por el cetro de la Route du Rhum. Ya hay que tener puntería. Hallaron el pecio a unas treinta millas de nuestro cabo y lo remolcaron a aquí cerca, atándolo a un pantalán en el puerto de Ribeira.

ruta-del-ron-2018.jpg
El cartel oficial

El pasado domingo 4 de noviembre, 123 titanes de diez nacionalidades distintas soltaron amarras en Saint Malo para disputar la más heroica, la más grandiosa y la más intrépida regata en solitario y sin escalas de cuantas existen. Como prueba, un dato: dos millones de personas se agolparon en aquella coqueta localidad de la Bretaña francesa cuya población no llega a las 50.000 almas para poder contar algún día a sus hijos y a sus nietos que ellos estuvieron allí, metidos en la pomada de la Route du Rhum. El destino de los 123 aventureros, Pointe-à-Pitre, en Guadalupe, isla antillana descubierta por Colón y antiguo refugio de piratas situado a 3.542 millas de distancia.

La salida, bajo vientos de componente sur-sureste de 15 a 18 nudos, se dio después de una cuenta atrás de ocho minutos en que los equipos técnicos abandonaron las naves dejando a cada competidor en su soledad. El maxitrimaran Gitana 17 de Sébastianne Josse fue el primero en doblar el cabo Fréhel tras algo más de media hora de travesía. Lo siguieron el Macif de François Gabart y el Banque Populaire IX de Armel Le Cleac’h. Pronto empezaron los incidentes.

ruta-ron-liberation.jpg
La salida de la regata captada por el fotógrafo de AFP Damien Meyer

A las 3.30 horas del lunes 5, el Gitana 17 quedó fuera de combate tras perder parte de la proa de su casco de estribor. Horas más tarde sufrió una rotura similar, pero en el casco de babor, el maxitrimarán Sodebo, patroneado por Thomas Coville. Navegaba a unas cien millas del cabo Fisterra y también tuvo que abandonar.

Otros tuvieron que detenerse temporalmente en estos primeros compases de competición y tocar tierra para reparar daños de menor calado. Fue el caso del Serenis de Jean Galfione, del Guyader Gastronomie de Christian Guyader y del Banque Populaire IX de Armel Le Cléac’h. Este último se vio obligado a parar por un problema en su sistema de energía para cambiar una pieza. Pero lo peor para su multicasco estaba aún por venir.

banque-populaire.jpg
Un mastodonte acuático con un mástil de 38 metros

He aquí el Banque Populaire IX en plenitud de facultades. A diferencia del menudo A Capella de Charlie Capelle con sus 12 metros de eslora, el navío de Le Cléac’h era una bestia de 32 metros de largo, un maxitrimarán ungido con la más sofisticada tecnología naval conocida hasta ahora. Vio la luz en noviembre de 2017, costó diez millones de euros y tardó dieciocho meses en ser construido.

Al mando, Armel Le Cleac’h, apodado Le Chacal, nacido el 11 de mayo de 1977 en Saint-Pol-de-Leon, en el Finistére francés. Su currículo apabulla: campeón del mundo IMOCA (International Monohull Open Class Association), dos veces vencedor del Solitaire du Figaro, única persona en subir tres veces al podio en la Vendée Globe, condecorado con la Orden Nacional del Mérito de su país… Su máximo logro en la Ruta del Ron había sido un segundo puesto en 2006. En 2014 no pudo participar por tener lesionada una mano (y ganó su reemplazo, Loïck Peyron), pero en esta edición había sido colocado por los expertos entre los favoritos.

Hasta que a las doce del mediodía de la tercera jornada, sucedió esto:

banque-populaire-naufragio
Boca abajo

A 340 millas al nordeste de las islas Azores, con vientos de 30 a 35 nudos y olas de cinco metros, el trimarán rompió su flotador de babor, lo que provocó que volcase. Le Cléac’h cayó al agua, pero se las apañó para entrar en el casco central por un ojo de buey y, con las costillas doloridas, activar la baliza de socorro. Allí se refugió mientras daba comienzo una complicada operación de rescate.

En torno a las diez de la noche, el palangrero portugués Sonho de Infancia logró llegar hasta la posición del buque tras navegar 51 millas desde que fue alertado. Había un tiempo terrible y ambas embarcaciones impactaron por el oleaje. Con pericia y tesón, los tripulantes del pesquero consiguieron sacar a un angustiado náufrago de su agujero. Dos días y medio después entraban en el puerto de Vigo. Le Chacal volvía a sonreír.

armel-le-cleach-vigo.jpg
Le Chacal —cuarto por la izquierda— posando con la tripulación del barco portugués

Recobrado el hombre, faltaba lo más difícil: recuperar el navío o lo que quedaba de él.

La casa propietaria y la compañía aseguradora contrataron los servicios del remolcador británico Kingstom y del especialista en este tipo de operaciones Adrien Hardy. Desde que localizaron el buque tardaron diez días en llevarlo a tierra. Fue una larga travesía a velocidades de dos o tres nudos hasta que el viernes 23 de noviembre atracaron en Moaña.

Allí, el Team Banque Populaire efectuó un primer análisis que arrojó una irrefutable conclusión: «La reconstrucción es imposible».

banque-populaire-moana.jpg
El cadáver del maxitrimarán en Moaña en imagen de Javi Montenegro

A principios de esta semana, el palangrero de A Guarda Lusitania Primero —barco que, por cierto, se hundió el pasado marzo en la dársena de O Berbés y fue reflotado— advirtió a Salvamento Marítimo de la existencia de restos de una embarcación a la deriva y parcialmente sumergidos.

Se movilizó a la Salvamar Sargadelos que, a las cuatro de la madrugada del miércoles 12 de noviembre, localizó el pecio. Según informó al día siguiente La Voz de Galicia, se encontraba a treinta millas al oeste de Sálvora [lo que lo sitúa incluso a menos distancia de cabo Corrubedo]. Medía unos ocho metros de longitud y se identificó como un fragmento de la Banque Populaire IX. La estructura fue trasladada hasta el puerto de Ribeira.

Hoy ya no está allí.

puerto-ribeira-banque-populaire.JPG
Otra perspectiva

La undécima la Ruta del Ron, la que hace 40 años de su nacimiento, fue ganada por el veterano Francis Joyon a bordo del IDEC Sport. Empleó 7 días, 14 horas, 21 minutos y 47 segundos en completar el viaje entre Saint Malo y Pointe-à-Pitre: récord absoluto de la prueba.

La carrera tuvo además un sensacional desenlace. Tan solo 428 segundos separaron al galo Joyon del siguiente en cruzar la meta: su compatriota François Gabart. No había un final tan reñido desde aquella lejana primera edición de 1978, cuando el canadiense Mike Birch con su pequeño trimarán amarillo Olympus Photo (la nave que sirvió de molde para el A Capella) adelantó en los últimos metros al gran monocasco de Michael Malinowski.

¿Y qué le depararon los hados a nuestro Charlie Capelle?

charlie-capelle-routh-du-rhum-2018.jpg
Charlie, antes de zarpar en la Route du Rhum 2018

Pues, desafortunadamente, tuvo que abandonar. Las malas condiciones meteorológicas primero y un colapso de su sistema electrónico después, obligaron al bueno de Capelle a tirar la toalla el 13 de noviembre sin salir de aguas francesas. Mala suerte. Confiamos en que su edad —63 tacos— no lo jubile y que dentro de cuatro años comparezca con su criatura, esa misma que en una Nochebuena anduvo sola y perdida por aguas corrubedanas, en otra emocionante Ruta del Ron.

Y quién sabe. Si en 2022 aún seguimos por aquí, tal vez las circunstancias nos hagan volver a escribir sobre esta gesta contemporánea.

* Post Scriptum: 

Ahora sí que sí. Pitonisos que somos… En la mañana de hoy, viernes 21 de diciembre de 2018, efectivos del GAEM de Ribeira (Grupo de Atención y Emergencias Municipal) han hallado nuevos fragmentos del Banque Populaire IX y esta vez no hemos tenido que ir nada lejos para encontrarlos: están en pleno cabo Corrubedo.

Los muchachos habían sido avisados de su presunta existencia en la noche de ayer por Salvamento Marítimo. Entonces no pudieron localizarlos por culpa de la oscuridad, pero a la segunda fue la vencida: yacen en una zona pedregosa al sur del faro. Hasta allí nos hemos ido para dejar nosotros también constancia fotográfica.

Y sí. Claro que están. El chacal Armel Le Cléac’h podrá tomar el turrón en paz.

corrubedo-banque-populaire-ix

corrubedo-banque-populaire-ix-2

corrubedo-banque-populaire-ix-3

corrubedo-banque-populaire-ix-4.JPG