Grip. Así se llama. Hoy ha llegado al pueblo y ahí lo tenéis: de pie sobre una roca en As Furnas, oteando el mar, ensimismado. O mirando la luna.
Dicen que tiene previsto quedarse algún tiempo.
Lo ha traído David Chipperfield, ese arquitecto inglés con domicilio en el frente playero de A Robeiriña del que, hace dos meses, periódicos y revistas de todo el mundo aplaudían su intervención en la sede de la Royal Academy of Arts de Londres.
Grip tiene un creador: el escultor Antony Gormley. Nacido en 1950, hijo de madre alemana y padre irlandés, ganador de un Premio Turner, considerado el galardón más prestigioso de las artes visuales británicas. En 2008, The Daily Telegraph lo situó en el puesto 4 de las 100 personalidades más influyentes de la cultura de aquellas islas, justo por delante del compositor Andrey Lloyd Webber, el del musical de Evita.

Grip tiene muchos hermanos y hermanastros repartidos por todo el planeta, a menudo habitando en lugares idílicos donde la naturaleza no ha sido demasiado mancillada por la zarpa del hombre moderno.
Por ejemplo, en medio del desierto australiano:

En los Alpes austriacos, a 2.039 metros sobre el nivel del mar:

En la playa de Crosby Beach, cerca de Liverpool:

En Lelystad, Holanda:

O en el Parque Arqueológico de Scolacium, en la región italiana de Calabria:

Otras estatuas son urbanitas y nómadas. Por ejemplo, las de la serie Event Horizon, que han viajado por grandes ciudades de tres continentes:





Aquí un ángel situado en una colina en Gateshead, al sur de Newcastle. Sus alas miden 54 metros de extremo a extremo. Según una encuesta elaborada en Reino Unido el año pasado, es la quinta obra de arte preferida por los ingleses. La lista la lidera Banksy. El octavo puesto lo ocupa la portada del Sgt. Pepper’s de los Beatles. En el veinte, Never Mind the Bollocks, de los Sex Pistols.

En cuanto a esta extraña escultura, se halla en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT):

Y aquí tenemos a otro medio hermano de Grip en medio del Támesis, observando la capital londinense:

Grip tiene una particularidad. Emerge y se sumerge con las mareas.
Es como si, en ciclos de doce horas, la criatura volviese a nacer y su rostro de hierro fundido se asomase al abra de Corrubedo como si lo estuviese contemplando por primera vez.
15/08/2018 at 16:58
Desde luego tenemos lo que nos merecemos. Sabe Dios los con Ellos a los que les gustaría contar con una de estas obras pero llegan los iluminados? de turno a criticar. QUE PAIS
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30/07/2018 at 13:53
pues a mi me parece que sobra, sobre todo cuando se ha instalado sin pedir opinión a nadie. Què se persigue?
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