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Atención al anuncio publicitario de Pérez y Compañía. Prodigio creativo en 1900.

Ahora que el Brexit ha vuelto a poner de moda la cuestión de Gibraltar nos apetece sacar a la luz esta pequeña curiosidad: se trata una noticia del año 1900 en la que un ciudadano indignado vaticina que «Galicia será de los ingleses».

¿Y que tiene que ver esto con nuestro pueblo? Pues que tras enumerar una retahíla de afrentas y chulerías de «los hijos de la Gran Bretaña» (que van desde levantar sin el menor disimulo planos topográficos de nuestros montes y costas hasta disparar en aguas jurisdiccionales balas de cañón) este enfurecido señor habla de un supuesto cable clandestino que comunica los bajos de Corrubedo con Gibraltar. ¿Y para qué? No lo dice, pero hemos visto muchas películas bélicas así que nos lo podemos imaginar: transmitir en secreto los datos tomados sobre el terreno con miras a planear una invasión.

Tuvieran o no visos de verdad los temores de este buen hombre, lo cierto es que aquí seguimos. Comiendo empanada, bebiendo licor café y con el idioma inglés aún medio atragantado.

Menos en el bar, claro. Aquí nos entendemos en todas las lenguas. Sin cables.

El texto (publicado un martes y 13) dice así:

«Desde Vigo escriben al director de un periódico gallego que se publica en América, lo siguiente:

«Galicia peligra; no crea usted que exagero: Galicia será de los ingleses. Hace pocos días se repitieron los actos de desahogo de los hijos de la Gran Bretaña, actos que me sonrojan, pero que pasan inadvertidos para estos cándidos vecinos de Vigo, Villagarcía, Marín, Corcubión, etc. Llegan buques de aquella escuadra, echan lanchas llenas de oficiales, toman seguidamente estos las alturas de nuestros montes, miran con los catalejos, hacen topografías, levantan planos, con igual desenfado que si fueran nuestros topófragos; sondean dentro y fuera de las rías, pasan por entre los aldeanos (pues hacen excursiones en el interior), y se ríen de su sencillez y se mofan de sus humildes chozas… En aguas jurisdiccionales hacen maniobras de tiros de cañón, sin que autoridad alguna española les llame la atención, y dícese que en los bajos de Corrubedo tienen sujetado un cable clandestino que comunica con Gibraltar.»

Y añade por su cuenta el colega en cuestión:

«Son tan graves los hechos denunciados en los párrafos transcritos, que, a pesar de que se nos comunican en privado, como hemos dicho, no vacilamos en hacernos eco de ellos, para preguntar: ¿Se deja obrar así a los ingleses porque se les teme, o porque ciegamente no se ve en su acción en las costas gallegas sino una simple curiosidad?»».