
Hacía 53 años que Venecia no sufría una inundación como la que ha vivido esta semana. El martes 12 de noviembre de 2019, a las 22.50, el acqua alta se elevó hasta los 187 centímetros y anegó el 88% de la ciudad. Solo ha habido un registro peor en la historia: el del 3 de noviembre de 1966, cuando las aguas alcanzaron los 194 centímetros.
Quiso la casualidad que el miércoles 13 de noviembre, pasados unos minutos de las 12 del mediodía, la primera violinista de la orquesta sinfónica del teatro La Fenice, Sara Michieletto, se subiera al escenario del auditorio de Ribeira para actuar ante más de doscientos alumnos de los dos institutos de secundaria del municipio gallego. La Fenice está en Venecia; es un teatro legendario que ha acogido el estreno de óperas inmortales como La Traviata de Verdi. Al poco de comenzar el concierto (que, irónicamente, se enmarca en el proyecto didáctico Emotion for Change: emoción para agitar conciencias en torno a los peligros del cambio climático), Sara Michieletto no pudo evitar dirigirse a su joven público para expresar el profundo dolor que le habían causado las imágenes que sus amigos le habían enviado la noche anterior. Venecia, la maravillosa Venecia, cuna de Marco Polo y de Antonio Vivaldi, cada vez más cerca de convertirse en una nueva Atlántida…

Dos semanas antes, el 29 de octubre de 2019, la revista científica Nature Communications publicaba un artículo con este título: «Nuevos datos de elevación triplican las estimaciones de vulnerabilidad global al aumento del nivel del mar y las inundaciones costeras». Su principal conclusión: en caso de inestabilidad antártica, entre 270 y 340 millones de personas estarán expuestas en el año 2050 a por lo menos menos una inundación cada doce meses, que se elevarán a entre 380 y 630 millones en 2100.
El texto fue escrito por Scott A. Kulp y Benjamin H. Strauss, miembros de una institución llamada Climate Central, con sede en Princeton, formada por científicos y periodistas conjurados en la difusión de las consecuencias del cambio climático. Su web, climatecentral.org, dispone de un programa de simulación que recrea el impacto del ascenso del nivel del mar sobre las zonas costeras del planeta en 2050. A raíz del artículo de Nature Communications, prácticamente no ha quedado ningún resquicio de litoral sin explorar por parte de los media de todo el mundo que han usado la herramienta informática y expuesto el resultado. En el caso de Corrubedo, es este:

Las zonas coloreadas en encarnado indican el terreno con riesgo de ser inundado de aquí a tres décadas: el parque natural, As Delicias, Os Casqueiros, el puerto, o Cantón, O Corgo, Laxe Brava… El mar lamería el edificio del faro y el cabo quedaría achicado de cumplirse las predicciones menos optimistas de Climate Central.
Y bueno. A Robeira se convertiría en nuestra plaza de San Marcos, salvando las distancias arquitectónicas.
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